Internacional

Genocidio en Gaza: cuando el objetivo es desinformar

No hay guerra en Gaza, lo que ha ocurrido en los últimos años, y no solamente a partir del 7 de octubre, es un genocidio. Lamentablemente, los medios de comunicación no han estado a la altura y han terminado por reproducir estereotipos, lugares comunes, o simplismos, todo con el fin de no explicar a profundidad la dramática situación. De no ser por la respuesta airada de usuarios en redes sociales, comentarios abiertamente arabofóbicos e islamofóbicos de medios de comunicación hegemónicos pasarían de agache. Por fortuna, hay una ciudadanía cada vez más consciente de que la ofensiva israelí, lanzada tras los ataques terroristas de Hamás, ha sido acompañada de una guerra mediática por convencer, a cualquier precio, de que se trata de una campaña de legítima defensa. En esa iniciativa, que pasa por tener a los medios de su lado, “todo vale”: desinformar, no rendir cuentas, alterar las cifras e incluso acusar de antisemitismo a quienes osen hablar directamente de genocidio, limpieza étnica y apartheid.

La portada del diario El Tiempo, de mayor circulación nacional, del 21 de noviembre de 2023, aseguraba que habían muerto para esa fecha, 5600 niños palestinos en Gaza. Es decir, los medios hegemónicos evitan a toda costa señalar la responsabilidad israelí y evitan palabras como masacre o asesinato, todo lo cual le resta gravedad a la peor crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial. En la emisión de Noticias Caracol del 2 de noviembre de 2023, fue proyectada una infografía en la que se hablaba de asesinados israelíes versus muertos, lo segundo en referencia a los palestinos. El autor de este texto no presume mala fe por parte de ese medio, pero considera que el lapsus es suficientemente revelador sobre la percepción de algunos de nuestros periodistas sobre la situación en Gaza: los israelíes son personas de carne y hueso, respecto de quienes se siente empatía, mientras que los palestinos son un número, una generalidad, una abstracción difícilmente emparentable con lo humano. Estos dos ejemplos, aunque sean graves, no son los peores.

Foto: Carlos Capote – Flickr.

Resulta mucho más preocupante que la línea editorial de algunos medios consista precisamente en “lavarle la cara” a Israel e informar de manera sistemática, alterando las palabras, para ensalzar las acciones de las Fuerzas de Defensa Israelí. Tal es el caso de La FM, Revista Semana y RCN. El director de La FM, Luis Carlos Vélez, mantiene una línea en la que solamente se presentan las noticias e informaciones, de acuerdo con la versión israelí. Cuando a mediados de octubre de 2023, fue atacado el Hospital Shifa en Gaza, trinó adjudicándole la responsabilidad a Hamás (red social X)[1], mientras todos los medios en el mundo, incluido los occidentales, como BBC, El País, The Guardian o Deustche Welle, hablaban de un cruce de versiones, y entre ellas, una que apuntaba a la responsabilidad del ejército israelí. El comunicador la omitió, como suele hacerlo, contando apenas la mitad de la historia. Para colmo de males, Le Monde y AFP luego publicaron información en la que se comprobó la responsabilidad de Tel Aviv en el horrendo ataque al centro médico (Le Monde, 17 de noviembre de 2023)[2]. Se trata de una acción proscrita por el Derecho Internacional Humanitario. El periodista colombiano jamás rectificó o actualizó la información.

La FM no publica ninguna noticia que indique responsabilidad para Israel y tuerce la información para centrar todo en el terrorismo de Hamás. Cuando miembros del ejército israelí ingresaron al hospital en Ibn Sina en Jenín, Cisjordania, a asesinar personas, un hecho insólito y fuertemente criticado en el mundo, La FM tituló “Soldados de Israel entran a hospital disfrazados de mujeres y abaten a miembros de Hamás” (Cely, 30 de enero de 2024). No solamente se trata de una información no contrastada ni verificada, sino una omisión injustificable a la violación del DIH. El medio habla de “abatir” y no de “asesinar”, y deja la sensación de que quienes fueron masacrados eran parte de Hamás. La noticia que glorifica la acción de Israel no tiene una sola mención al derecho internacional humanitario o a las fuertes denuncias sobre una acción condenada al unísono, internacionalmente.

Semana y Red+ Noticias también han impuesto una línea similar y suelen titular de la misma forma. Cada operación donde es patente la desproporción y el despojo de la humanidad para los palestinos, es reportada como una operación militar contra el terrorismo. Ni siquiera los medios israelíes llegan a esos niveles de simpatía con un ejército cuestionado y un genocidio en curso y sin antecedentes, por sus agravantes. En algún momento, en el colmo del desespero, Red+ publicó una información falsa de apoyo formal de los talibanes a Hamás, haciendo eco de la propaganda israelí que jamás fue desmentida o al menos contextualizada (red social X) [3].

Semana tampoco reporta sobre las graves violaciones, sino que menciona selectivamente aquello que gire en torno al presidente Gustavo Petro, como ocurrió con la suspensión de la venta de armas desde Israel, que no incluyó ninguna contextualización de la masacre que la produjo. Para dicha revista lo grave no es el asesinato del centenar de inocentes, sino la “radicalización de Petro” sobre el tema (Semana, 1 de marzo de 2024). El mismo medio le realizó una entrevista al embajador de Israel Gali Dagan, evidenciando una condescendencia absoluta, pues no asoman preguntas por el gobierno más radical de la historia o por los comprobados abusos a los derechos de los palestinos, documentados antes de octubre. Las preguntas están hechas a la medida y en el tono de “quién está contra Israel”, para consolidar la idea de que se trata de una guerra defensa, u otras alrededor de las comparaciones entre el holocausto y la crisis en Gaza (Semana, 14 de octubre de 2023). El propósito pareció ser que el embajador pusiera de manifiesto lo siguiente: a) que Israel es la única víctima, b) que Petro es antisemita, y c) que la ofensiva es una expresión de legítima defensa. No se hizo una sola pregunta o contrapregunta sobre las versiones delirantes que entregó el diplomático para justificar la guerra.

Ninguno de estos medios ha escrito línea alguna que lamente o denuncie las comprobadas infracciones al DIH por parte de Israel. Es innegable el esfuerzo porque, sistemáticamente, se imponga la forzada y hoy desvirtuada tesis de la legítima defensa, y peor aún, se desestime cualquier denuncia de genocidio, instrumentalizando el antisemitismo.

El rol de algunos medios de comunicación ha sido nefasto en el cubrimiento de la violencia, así como lo fue en el conflicto colombiano, en el cual reprodujeron estereotipos y prejuicios en contra de líderes ambientales, sociales, sindicalistas o dirigentes de cualquier expresión del progresismo. Colombia se habituó a comunicadores que señalan, no desde la información verificada, sino desde una opinión nada formada ni proveniente de juicios racionales. Últimamente, esto es más dramático, con la aparición de las redes sociales que, si bien ha supuesto una oportunidad de democratizar las informaciones, ha terminado por convertirse en un factor de mayor polarización y en un multiplicador de odios.

No hablarán de genocidio, hasta que se cumpla el exterminio…

Estos medios hegemónicos no han tenido el valor de mencionar siquiera la palabra genocidio, que suelen entrecomillar, adjudicándola en exclusiva al discurso de terceros. En medio de la ignorancia o de la mezquindad, algunos todavía creen que, para poder mencionarlo, se debe esperar a que desaparezca un porcentaje aún mayor de palestinos, tiene que haber manifestaciones más crueles de impiedad o contundencia más clara en la responsabilidad política de la dirigencia israelí.

Foto: Enric Borrás – Flickr.

La convención de prevención y sanción del delito del genocidio de 1948 busca precisamente anticiparse a situaciones de exterminio, como aquella que padecieron los judíos en la Segunda Guerra Mundial, los biafreños entre 1967 y 1970, los tutsis en Ruanda en 1994, los musulmanes en Srebrenica en 1995 o los cientos de miles en Darfur a comienzos de siglo. No tiene sentido debatir acerca de si se cumplen las condiciones, cuando varias oficinas del sistema de Naciones Unidas han manifestado la observación del genocidio, cumpliendo a cabalidad lo pactado en la posguerra, tendiente a impedir que, frente a los ojos del mundo, un pueblo desapareciera por voluntad de otro Estado.

A futuro debe haber una reflexión en la sociedad colombiana, acerca de la negativa para abordar el concepto, y el rechazo a cualquier pedagogía sobre el apartheid y la limpieza étnica. Como si esto fuera poco, a medida que crecen las críticas contra el Estado de Israel (no contra los judíos, aunque el antisemitismo es una realidad lamentable que se exacerba en estas coyunturas), aparecen la arabofobia y la islamofobia, formas de racismo supremacista que ven en estas comunidades a salvajes, bárbaros y violentos que deben ser civilizados, y son, por ende, merecedores de esta violencia. Estos prejuicios no sólo están presentes en algunos medios, sino que parte de la academia, política y empresariado suelen invocarlos.

La pregunta es si esta coyuntura tan dolorosa, servirá para tomar consciencia y que, de una vez por todas, la ciudadanía pueda exigirles a los medios cumplir con su labor, respetando el artículo 20 de la Constitución Política, que consagra el derecho a informarse. La globalización ha estado marcada por la proyección de enemigos de los derechos humanos, como Saddam Hussein, Muamar Gadafi, Slobodan Milosevic u Omar al Bashir, pero hoy podemos constatar que por más sanguinarios que éstos fueron, ninguno alcanzó la magnitud del daño de Benjamín Netanyahu o Yoav Galant. Han sido años enteros de bloqueo, ofensivas indiscriminadas, humillaciones, declaraciones explosivas que llaman a la deshumanización, tales como denominar a los palestinos, seres de la oscuridad, animales, sugerir el lanzamiento de una bomba nuclear o que se arrasen sus aldeas o considerar que en la Franja de Gaza no hay un solo inocente, ni siquiera los recién nacidos. La catástrofe está alimentada por un discurso que, lejos de convocar al odio episódicamente, es una constante, y lo peor: se apoya en la legitimidad de un sector considerable de la sociedad israelí, que ha decidido seguir con su vida, mientras en su nombre se extermina sistemáticamente a otro pueblo.

En unas palabras que se convirtieron en paradigmáticas, el padre Francisco de Roux se preguntaba dónde estábamos, mientras ocurrían tantas violaciones a los derechos humanos en Colombia, dónde los medios, la sociedad civil, los políticos, la Iglesia, todos, como sociedad. Lo mismo ocurrirá en unos años cuando se nos pregunte por nuestra responsabilidad en el peor genocidio de la historia desde la Segunda Guerra Mundial, agravado por la catarata de imágenes, videos, testimonios, crueldad de los verdugos y quejas de las víctimas. Todo transmitido en vivo y en directo, pero con espectadores que no llegaron al punto de conmoverse, como para desatar una movilización global, que detuviera semejante horror.

No hay, ni habrá, perdón posible.

Referencias

Cely, Juan Camilo (30 de enero de 2024). “Soldados de Israel entran a hospital disfrazados de mujeres y abaten a miembros de Hamás”. https://www.lafm.com.co/internacional/video-soldados-de-israel-entran-a-hospital-disfrazados-de-mujeres-y-abaten-a-miembros#:~:text=El%20Ej%C3%A9rcito%20israel%C3%AD%2C%20con%20disfraces,las%20autoridades%20israel%C3%ADes%20y%20palestinas.

El Tiempo (21 de noviembre de 2023). “Más de 5.600 niños habrían muerto en Gaza”. El Tiempo https://x.com/ELTIEMPO/status/1726912352619208867?s=20

Le Monde (17 de noviembre de 2023). “Enquête vidéo : la chute d’un obus israélien sur l’hôpital Al-Shifa”. https://www.lemonde.fr/international/video/2023/11/17/enquete-video-la-chute-d-un-obus-israelien-sur-l-hopital-al-shifa_6200742_3210.html

Semana (1 de marzo de 2024). “Presidente Petro tomó radical decisión que dejará ‘debilitadas’ a las fuerzas armadas en plena ola de inseguridad”. https://www.semana.com/semana-tv/vicky-en-semana/articulo/presidente-petro-tomo-radical-decision-que-dejara-indefensas-a-las-fuerzas-armadas-en-plena-ola-de-inseguridad/202408/

Semana (14 de octubre de 2023). “El embajador de Israel en Colombia habla desde el alma de la comparación que hizo Gustavo Petro de los judíos con los nazis: “Perdí mi familia en el Holocausto”. https://www.semana.com/mundo/articulo/el-embajador-de-israel-en-colombia-habla-desde-el-alma-de-la-comparacion-que-hizo-gustavo-petro-de-los-judios-con-los-nazis-perdi-a-mi-familia-en-el-holocausto/202344/


[1] https://x.com/lcvelez/status/1714359184311910426?s=20

[3] https://x.com/GiovanniCelisS/status/1710712973176574356?s=20.

Foto de portada: Carlos Capote tomada de Flickr

Mauricio Jaramillo Jassir

Doctor en Ciencia Política de la Universidad de Toulouse, Máster en Geopolítica de la Universidad París 8. Profesor Asociado de la Facultad de Estudios Internacionales, Políticos y Urbanos. mauricio.jaramilloj@urosario.edu.co